Hoy que tanto se habla de la economía circular, no solo de reciclar sino de reutilizar, es momento de revalorar el vidrio como un básico para una mejor iluminación, material con el que se elaboran focos y lámparas.
Eléctrica San Miguel
El vidrio es un básico en iluminación con ser considerado un elemento confiable que permite elaborar productos de alta calidad. Recientemente, la Organización de Naciones Unidas (ONU) determinó que 2022 es el Año Internacional del Vidrio.
A diferencia del plástico, el vidrio –con el que se elaboran lámparas y focos– es un material versátil y reciclable que es vital para cuidar el medioambiente porque es capaz de captar la energía solar.
El vidrio es una arena que se transforma en un compuesto transparente y amorfo, que se elabora al fundir arena de sílice, carbonato de sodio y caliza a 1500 grados centígrados de temperatura. Es resistente al calor y a la química, un material duro pero a la vez frágil.
Focos de vidrio, hoy y siempre
El material por excelencia para elaborar focos, desde su origen, es el vidrio. Este material es necesario para una mejor iluminación porque es un contenedor de luz y gases. Los focos son de vidrio no solo por su resistencia al calor sino para evitar que el oxígeno llegue a los filamentos del foco y evitar que se oxide o apague con el contacto con el aire.
Los focos de vidrio surgieron a partir del concepto de los candeleros, que evitaban que la luz se apagara gracias a sus paredes de cristal. Así, el prototipo evolucionó hasta que se inventaron los filamentos de metal como conductores de calor, que a su vez irradian luz.
Todos los focos incandescentes o fluorescentes, no pueden funcionar sin el cristal. Los focos LED no lo necesitan para retener gases u oxidación para sí para dirigir la luz y proteger otros componentes.
Además, los focos y lámparas de vidrio son ecológicos porque por cada tonelada de vidrio reciclado se ahorran 200 kg de CO2.